El Goðar - Sacerdocio Ásatrú

(Artículo de Goði Varðúlf)

La palabra Godhar debe interpretarse como un sinónimo de “sacerdote” cuya definición femenina es Gydhia y su plural Godhar. El rol del Godhar era muy diferente a la concepción de sacerdocio que tenemos hoy en día debido a la impresión cristiana que ha causado en nuestra sociedad contemporánea y por consiguiente en nuestra forma de pensar. El papel del Godhar era un papel religioso y político que constituía los roles fundamentales de autogobierno en la sociedad Islandesa. Según las fuentes que han sobrevivido hasta nuestras épocas los sacerdotes tribales serían los que presidían los rituales y ofrendas a los Dioses que generalmente eran dispuestos en arroyos, bosques o praderas. Los Godhar además de cumplir estas funciones también eran los encargados de erigir templos y cuidar el estado óptimo de los mismos para los sacrificios y demás ritos de carácter religioso. Los Godhar así mismo en la época pagana eran los encargados de la administración civil y se reunían en el Allthing donde se proclamaban leyes, saldaban delitos y concertaban todo tipo de estrategias de carácter civil, este modo de autogobierno como más tarde la historia demostraría, hizo posible una enorme tardía en su conversión a la fe extranjera y por tanto los documentos mitológicos e históricos son abundantes en materia religiosa y cultural. Hoy en día el papel de Godhar es un tanto complicado, debido a la difícil situación que el Heathenry vive en nuestra sociedad luego se siglos de influencia católica que condenó al letargo a muchas maneras antiguas de expresiones espirituales. El Godhar de hoy, sea hombre o mujer, debe poseer una capacidad innata de cumplir una función terriblemente dificultosa, como tal es el encargado de la supervivencia de nuestra Tradición y de su mantenimiento, así como de proporcionar un aliento más que necesario a todos los hijos de la Nación de Odín, baluartes en la lucha de la expansión del culto de nuestros ancestros, el cual hemos heredado por derecho de linaje.

Cuando una persona dirige un Blót ya sea con su Kindred o en solitario, en este preciso momento se convierte en el Godhar de la situación, sin embargo no en un Godhar como tal. A un Godhi o una Gydhia no la debería bastar con saberse de memoria liturgias de su hermandad, así como tampoco ser un maestro en Runas y un erudito en historia. Todo ello son recursos necesarios que tarde o temprano necesitarán, pero no son los únicos recursos ni los mejores. Un Godhi o Gydhia se mide por su determinación y fortaleza constante, así como también por su ánimo y logros en pro al fortalecimiento de nuestra Tradición y también al despejo de su letargo, que es al fin y al cabo, la mejor honra que un Godhar puede hacer a sus Dioses. Para ello un Godhar se convierte en un guia (ojo, que no en un Gurú) que viviendo como un ejemplo vivo y poseyendo dotes de comunicación y sabiduría, es capaz de guiar a su gente y aconsejarla debidamente para que ellos solos puedan caminar en el sendero de los antiguos modos que también siguieron nuestros ancestros. Una persona así debe de ser una persona preparada, y muy difícilmente encontrará un aspirante al Godhar, esa clase de instrucción en ningún curso, si no, en los ejemplos asimilados de nuestros ancestros y en la vida cotidiana. Es en la vida cotidiana donde el Orlog pone constantemente a prueba al Godhar y es ahí donde él libra sus batallas más importantes que le servirán de experiencia que a su vez servirá (dicha experiencia) como aportes y ejemplos prácticos a la gente que el Godhar tiene a su cuidado.

La otra cara de la moneda es la formación que un Godhar debe tener. No hay un tiempo predefinido de entrenamiento intelectual y ritualístico para un Godhar, el material es muy abundante entre Eddas, Sagas, Historia, Libros que otros Heathens han legado al público con sus propias experiencias y demás. Esto, lógicamente, lleva mucho tiempo y como es de suponer no acaba tras la culminación del otorgamiento del cargo, todo lo contrario, un Godhar cuando se convierte en tal, solo demuestra que su camino no ha hecho más que empezar. Es un sendero de por vida. El Godhi o la Gydhia (o ambos) deben de ser los sacerdotes, guías, magos, curanderos y consejeros de la comunidad a la cual representan.